Editorial

Para el próximo día 13 de noviembre del presente año 2005 está prevista la beatificación del siervo de Dios Carlos de Foucauld solicitada formalmente a Juan Pablo II por el cardenal Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos el 21 de abril de 2001. Casi un año antes la comisión teológica, en reunión celebrada el 20 de octubre de 2000, concedió el placet a la beatificación reconociendo la acción de Dios en el Hno. Carlos como confesor de la fe.

Con este importante motivo presentamos el número extraordinario del Boletín “Iesus Caritas”, coordinado por Marianne Bonzelet y publicado en versión original en lengua francesa, en nombre de la Asociación Familia Espiritual Carlos de Foucauld, convencidos que puede ser una buena ocasión para dar a conocer las intuiciones evangélicas de Carlos de Foucauld así como a su plural familia espiritual en momentos tan apasionantes de la historia como los que vivimos actualmente.

Emociona acercarse una vez más a la vida de Carlos de Foucauld para ver la mano de Dios en cada una de sus opciones siempre originales. Fue un hombre en continuo estado de conversión. Antoine de Chatelard escribe que “la vida de Carlos de Foucauld fue una sucesión de movimientos dislocados, de épocas de las que cada una es como volver al revés la anterior, que traen consigo un nuevo punto de partida, a veces un absoluto volver a empezar”. Carlo Carretto, prologando el apasionante libro de Charles Lepetit Dos bailarines en la pista. Carlos de Foucauld, hace una síntesis extraordinaria de la acción de la gracia en su vida: “Pertenecía a la nobleza y debía aprender a convertirse en el último de los hombres. Era hombre de acción y tenía que aprender a estarse quieto. Era un violento y debía saber qué era la dulzura. Era un colonialista convencido y había de enseñarnos la liberación de los esclavos y la predilección por los oprimidos. Estaba infectado de “grandeur” francesa y tenía que asumir la universalidad del amor y la superación de fronteras en un programa de fraternidad bien vivido. No podía soportar las chinches y vivió entre tribus que no tenían agua para lavarse (Madrid. Paulinas 1980, p.7). Carlos de Foucauld esforzándose en vivir el Evangelio y amando hasta la locura a Jesús de Nazaret, halló la respuesta a las exigencias de su tiempo.

El número que presentamos consta de dos partes complementarias y bien diferenciadas. En la primera, el equipo redactor de este número, nos acerca a la vida y mensaje de Carlos de Foucauld a través de dos epígrafes verdaderamente atractivos en los que se pretende presentar una biografía breve bajo el asombro de lo humano transformado por lo divino al tiempo que nos recuerda la actualidad del mensaje. En la segunda parte se recogen los Estatutos de la Asociación “Familia espiritual de Carlos de Foucauld” como una iniciativa que nació en Beni-Abbés en el año 1955 entre cristianos de diversos países y culturas que querían manifestar a través de la diversidad la unidad de origen y de misión haciendo que el espíritu que animó a Carlos de Foucauld siga vivo en la Iglesia para los hombres de hoy. El número se cierra con la presentación de los diferentes grupos de la Asociación y su presencia en el mundo entero.

El equipo de redacción del Boletín, recogiendo el parecer de los responsables de las distintas familias y del grupo de difusión del carisma, pretende que este ejemplar de nuestro Boletín “Iesus Caritas” sea una buena herramienta para difundir la espiritualidad foucauldiana y dar a conocer a la persona y mensaje de Carlos de Foucauld.

Manuel Pozo Oller,

Director

 

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