Los orígenes.
A la muerte de
Carlos de Foucauld en Tamanrasset, el 1º de diciembre de 1016, hay 49
inscritos, -uno de ellos el mismo Carlos- en la lista de miembros de la
Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, en lo que
trabajó para ponerla en marcha en los últimos años de su vida, y para la que
escribió el Directorio. «Y todo quedó destruido a su muerte», escribe
el P. Laurain, secretario de la Unión, y todos piensan que el grupo se va a
extinguir apenas iniciado.
Todos excepto
uno, Luis Massignon, un islamólogo que alcanzará fama mundial.
Conoció a Carlos de Foucauld por primera vez en 1909, y mantuvo
correspondencia con él hasta su muerte. Hace todo lo que puede para mantener
con vida la Unión tan querida por su “hermano mayor”. Y lanza la
Asociación Carlos de Foucauld, para la que obtiene la autorización del
cardenal Amette. Y, sobre todo, “requisa”, según sus propias palabras, al
novelista René Bazin para que escriba una biografía del hno. Carlos. Este
libro, aparecido en 1921 con el título de Charles de Foucauld,
explorateur au Maroc, ermite au Sahara, es el primiero en trazar el
retrato y en presentar lo esencial del mensaje de P. de Foucauld. De esta
biografía es de donde van a surgir grupos y congregaciones. Todos
encontrarán apoyo y consejos en la Asociación y en Massignon.
Massignon se
irá distanciando poco a poco de la Asociación, pero continuará animando
hasta su muerte un grupo de hombres y mujeres, laicos, religiosos,
religiosas y sacerdotes, que se inspiran en la espiritualidad del
Directorio. En 1947 le da al grupo el nombre de Sodalidad del
Directorio. Este grupo de los orígenes se llama hoy Unión-Sodalidad y
cuenta con miembros en todos los continentes.
Los primeros
grupos
Cuando aparece
el libro de René Bazin, son los laicos los primeros que escuchan la llamada
que el hno. Carlos había hecho varias veces: «Harían falta cristianos
como Priscila y Aquila, que hiciesen el bien en silencio».
Ya en 1923
Suzanne Garde empieza a pensar en una presencia en el norte de África: «La
evangelización la harían las mujeres. Comenzando por un dispensario, un
taller, con todo lo que pudiera hacernos amables para los árabes». El
Grupo Charles de Foucauld comienza así en Argelia, primero en Tlemcen y
luego en El-Bayad, y a partir de 1945 en Dalida, cerca de la frontera con
Túnez. Llegada la guerra de independencia se repliega a Francia, y en 1968
se establece en Bon Encontre, cerca de Agen.
Por los mismos
años nacía en Túnez el grupo de Infirmières de Notre Dame de Cartaghe
(Enfermeras de Ntra. Sra. de Cartago), bajo el impulso del obispo de
Cartago y Túnez. El mismo obispo había dado en 1924 “el hábito de Carlos de
Foucauld” a Charles Henrion y a Émile Malcor. Los últimos
miembros del grupo de enfermeras tendrán que replegarse a Francia en 1961
(con el P. Henrion), y se establecen en Villecroze, en el Var. Actualmente
vive una hermana, en una residencia de ancianos, pero el grupo como tal no
existe ya.
Siempre en el
mismo período, en 1927 el P. Albert Peyriguère se establece en
Marruecos (primero había intentado vivir en Argelia con un compañero,
siguiendo la Regla escrita por Carlos de Foucauld en 1899). Allí se
quedará en el Atlas Medio marroquí, hasta su muerte en 1959; el P. Michel
Lafon continuará esta presencia de “monje-misionero”, según la expresión de
C. de Foucauld que el P. Peyriguère había hecho suya.
Algunos años
más tarde aparecen las primeras comunidades religiosas. En agosto de 1933,
en torno a la Hna. Marie-Charles nace la fraternidad de Hermanitas del
Sagrado Corazón, cerca de Montpellier. Un mes más tarde, Rene Voillaume
y otros cuatro hermanos toman el hábito de los Hermanitos de Jesús,
y fundan su primera fraternidad en Argelia. En 1939, en Argel, pronuncian
sus votos como Hermanitas de Jesús la Hta. Magdeleine y una
compañera, y se establecen en Touggourt, entre los nómadas. Con distintos
matices los tres grupos quieren ser comunidades contemplativas y misioneras.
Los Hermanitos de Jesús y las Hermanitas del Sagrado Corazón vivirán primero
de una forma más bien “monástica”; Los años que siguieron a la segunda
guerra mundial, para los primeros, y el Concilio Vaticano II, para las
segundas, traerán un cambio de estilo de vida y la constitución de pequeñas
fraternidades en ambientes populares, como ya vivían las Hermanitas de
Jesús. La palabra clave es “Nazaret” como forma de vida religiosa: para
buscar el rostro de Dios, seguir el camino que Jesús siguió, el de compartir
la vida ordinaria en el día a día. Se establecen fraternidades en los cuatro
vientos del planeta, en ambientes desfavorecidos o degradados.
Hay que
mencionar también, aunque el grupo ya no existe, a la Union des
Nazaréennes de Charles de Foucauld (Unión de Nazarenas de C. de
Foucauld), fundada en 1947 por Magdalena de Vimont, en Burdeos. Quedó
impactada por la lectura del Directorio y por el contacto con los
enfermos mentales, a los que se dedicó primero el grupo.
Publicación de
En el corazón de las masas, y nuevas iniciativas
En 1950 el P.
Voillaume publica En el corazón de las masas. Este libro presenta el
modo de vivir de los Hermanitos de Jesús y su manera de seguir al P. de
Foucauld y de entender su mensaje. Y porque parece que es necesario explicar
lo que en ese momento aparece como novedad, insiste sobre la vocación de
todo cristiano a una vida de amistad con Dios y sobre los caminos a tomar
para una vida “contemplativa” en el corazón del mundo. La influencia de este
libro será considerable y será traducido a numerosas lenguas; a través de él
conocerán muchos a C. de Foucauld y su espiritualidad. El P. Voillaume
ayudará con sus consejos a los grupos que apareen en este período.
También en 1950
Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence, reconoce oficialmente la
Fraternidad Secular Charles de Foucauld (llamada al principio
“Fraternidad Charles de Foucauld”). Pero de hecho, muchos años antes en
varias ciudades de Francia grupos de cristianos (hombres y mujeres, solteros
y casados, laicos y sacerdotes) habían adquirido la costumbre de reunirse
con regularidad para ayudarse a seguir a Jesús y a vivir el Evangelio con el
espíritu de C. de Foucauld. La Fraternidad Secular está hoy muy viva en
todos los continentes, y cada año nacen grupos nuevos. Es el grupo más
numeroso de la “Familia”. En el seno de este grupo, algunos sacerdotes se
acostumbraron a reunirse aparte con el deseo de dar a su vida y su
ministerio presbiteral el estilo evangélico de C. de Foucauld. Así nació en
1951 la Unión sacerdotal, que en 1976 tomará el nombre de Fraternidad
Sacerdotal Iesus Caritas. Hoy está presente en todos los continentes.
Por los mismos
años, algunas jóvenes cristianas sienten la llamada a una vida contemplativa
vivida en celibato, vinculada con votos, conservando sus compromisos
socio-profesionales y sin adoptar la forma de una vida religiosa en
comunidad. Así nace en 1952, en torno a Margarita Poncet la Fraternidad
Iesus Caritas, que será reconocida oficialmente como Instituto Secular
femenino. De este grupo nacerá en 1991 la Fraternidad Charles de Foucauld,
asociación de mujeres laicas comprometidas con el celibato.
A partir de la
experiencia de los Hermanitos de Jesús, el P. Voillaume piensa en unas
comunidades que pudieran encargarse de extender la Buena Nueva entre las
poblaciones más desfavorecidas y preocuparse de su promoción humana. Y funda
en 1956 los Hermanitos del Evangelio, y luego, en 1963, las
Hermanitas del Evangelio.
La reunión de
Beni-Abbés de 1955 y la Asociación.
Ante este
florecimiento de grupos vinculados al P. de Foucauld, se ve la necesidad de
una «reunión que concrete la unidad fraternal dentro del respeto a las
distintas vocaciones, en la fidelidad común al mensaje dejado por el Hno.
Carlos» (hermanita Magdeleine). Por otra parte, en el contexto de la
descolonización algunos grupos, sobre todo en Francia, tratan de hacer de
Carlos de Foucauld el defensor de la “civilización cristiana” contra la
marcha hacia la independencia de los pueblos del Magreb. Surge también el
deseo de crear una Asociación representativa que pueda responder y explicar
que el mensaje del “hermano universal”no se debe deformar para utilizarlo
con fines contrarios a sus intenciones.
Así pues, se
organiza una reunión en Beni-Abbés, del 14 al 16 de noviembre de 1955. En
torno a Mons. Mercier, obispo del Sahara, anfitrión del encuentro, y de Luis
Massignon, participan Mons. de Provenchères, obispo de Aix-en-Provence,
amigo y protector de los distintos grupos desde el principio, Mons.
Duperray, obispo de Montpellier, el P. Peyriguère y representantes –muchos
de ellos, fundadores- de los distintos grupos existentes en el momento. La
oración y el intercambio marcan este encuentro-peregrinación. Allí se decide
la creación de la Association Charles de Jesús –Père de Foucauld.
Su objetivo: «expresar la unidad de la espiritualidad que anima a los
distintos grupos que quieren ser seguidores del pensamiento religioso y la
espiritualidad del Hermano Carlos; dar a conocer la figura y los escritos de
su fundador; defender, llegado el caso, su memoria y el sentido de su
mensaje contra las deformaciones a las que están expuestos». Se decide
también que el boletín Iesus Caritas será el lazo de unión entre
todos los grupos, expresando su espiritualidad común.
La asociación
se llama hoy Asociación Familia Espiritual Carlos de Foucauld (“Association
Famille Spirituelle Charles de Foucauld”). Normalmente, está abierta a
acoger nuevos miembros. No es una característica esencial, pero resulta
interesante destacar que todos estos grupos nuevos han nacido fuera de
Francia, primero en Europa, y luego en otros continentes.
La “Familia”
sigue creciendo.
El 15 de agosto
de 1966 es la fecha del nacimiento oficial de las Hermanitas de Nazaret,
en Gante (Bélgica). Se trata de un grupo de jóvenes, comprometidas con el
mundo obrero en la JOC, que quieren inspirarse al mismo tiempo en el mensaje
de C. de Foucauld y en el del Cardenal Cardijn: encontrar una forma de vida
religiosa marcada por el compartir la vida de los medios populares, y
anunciar, con su modo de vivir y actuar, a toda persona con la que se
encuentran, que «su vida vale más que todo el oro del mundo».
También al
principio de los años 60, en Cataluña (España), Pedro Vilaplana queda
impresionado por la lectura del Itinerario espiritual de Carlos de
Foucauld (de J.-F. Six) y por las cartas del P. Peyriguère. En torno a
él se forma una comunidad de jóvenes que se consagran al Señor en el
matrimonio –cada hogar constituye una fraternidad- o en una vida de celibato
vivida en pequeñas fraternidades. Los primeros compromisos se hacen en 1968,
constituyendo la Comunitat de Jesús.
En 1969, en la
diócesis de Foligno (Italia), el obispo reconoce una pequeña comunidad
surgida en su diócesis, la Comunità dei Piccoli Fratelli di Jesús Caritas,
fundada por Giancarlo Sibilia. Se trata de sacerdotes que desean vivir en
comunidad monástica con una fuerte vida fraternal, ejerciendo su ministerio
pastoral para las diócesis.
A miles de
kilómetros de allí, en Haití, nacen los Hermanitos y Hermanitas de la
Encarnación (los primeros en 1976; las segundas en 1985), en torno a
Francklin Armand y Emmanuelle Victor. En ese país, marcado por la pobreza y
toda suerte de dificultades, quieren hacerse «campesinos con los campesinos
a causa de Jesús y de su Evangelio», y trabajar en la promoción y
evangelización del mundo rural.
En la diócesis
de Bangui, en la República Centroafricana, arranca en 1977 una comunidad
religiosa femenina, las Hermanitas del Corazón de Jesús, En un país
de los más pobres del planeta, sacudido por los disturbios políticos durante
años, una presencia fraternal, entregada a la oración, acogedora para toda
persona, poniéndose al servicio de la gente, constituye un espacio de paz
muy bien venido.
En 1980 se
constituye en Canadá una comunidad monástica, los Hermanitos de la Cruz,
fundada por el P. Michel Verret (hno.
Michel Marie de la
Croix).
Siguiendo a C. de Foucauld, quieren vivir en el marco del monasterio una
vida fraterna “familiar”, abierta a la acogida y al acompañamiento de toda
persona que se presente.
El último grupo
recibido en la familia es un grupo fundado en Vietnam a principio de los
años 80, con miras a convertirse en instituto secular. El nombre vietnamita
cuyas iniciales son AEPS, significa Hermanos y Hermanas para el
servicio. El grupo tiene una rama masculina y otra femenina, así como
una rama de asociados.
¡Ahí está la
gran familia de un hombre que murió solitario! ¡Y la familia de los y las
que encuentran en Carlos de Foucauld un inspirador para su vida no se
termina con la lista de miembros de la Asociación! Existen otros grupos, que
frecuentemente se integran en la “Familia” en el plano local. Hay grupos que
desaparecieron, otros que se están formando. Y muchas personas que no forman
parte de ninguna organización, reconocen en C. de Foucauld a alguien animado
por un soplo de Evangelio y de humanidad, que les llega a ellos también y
los pone en marcha.
En cuanto a la
Asociación, actualmente se reúne en Asamblea cada dos años. Es una ocasión
para que los responsables de los distintos grupos s encuentren y se
comuniquen. Entre asambleas, hay un equipo elegido por la Asamblea, que se
encarga de la coordinación. Durante muchos años, mientras vivían en este
mundo, Mons. de Provenchères, el P. Voillaume o la Hta. Magdeleine marcaron
fuertemente estas reuniones y la vida de la Asociación. Actualmente los
responsables, que se suceden según las normas, mantienen estos encuentros
con regularidad; tratan de ahondar juntos en el mensaje del hno. Carlos y de
descubrir la riqueza y la variedad de las respuestas que presenta cada
grupo. ¡Saben que son distintos, pero animados por un espíritu común, como
el arco iris, que necesita todos los colores para alcanzar su esplendor