Hermano Carlo Carretto

bindua (septiembre 1964 - mayo 1966)

        De Gérard G. Navidad 1964

En la alegría y la paz de la Navidad os quiero hacer participes de la vida de la fraternidad.

En septiembre de 1964 conocí a Carlo en Roma. ¡Qué alegría estar en Roma durante el Concilio: las tumbas de san Pedro, de san Pablo, las catacumbas ... nos recuerdan la fe sólida y viva de los primeros cristianos y tiempo que nos hacen conscientes de nuestra fragilidad. Quería rezar en estos lugares al comienzo de la Fraternidad del Evangelio para pedir ser fieles al Espíritu del Señor en el mundo y entre los hombres.

El 25 de septiembre llegamos a la fraternidad donde nos esperan los amigos: toda la casa está en orden, la capilla limpia, las compras hechas, y una abuela cercana nos cuenta como trascurre la vida en Bindua, durante la ausencia de hermanos (un mes); especialmente nos cuenta como se hizo encargo de la capilla, que es realmente la capilla de los habitantes de Bindua,  nos sentimos muy contentos por su forma de proceder.

Dos sacerdotes italianos han venido a vivir un tiempo con nosotros: el Padre Damián, un dominicano que está interesado en la fraternidad y Don Ermete, que estuvo en el postulantado de Saint-Remy  (¡tiene unos cuantos años ya!) y sufre por no entrar; aunque está muy apegado a la fraternidad.

Carlo ahora se ha comprometido más directamente con la catequesis: preparación de los catecismos, reuniones bíblicas con las chicas todos los jueves. Su compromiso es hasta tal punto que un domingo se fue con 25 de ellas a celebrar un retiro de un día en Porto-Scuzo, regresando felices y con la esperanza de celebrar otro día como éste. Por supuesto, Carlo, es solicitado con frecuencia para muchas tareas o para aconsejar, no solo en Bindua; en consecuencia ha de rechazar un número considerable de conferencias fuera porque de lo contrario se encontraría más tiempo fuera de Bindua que en aquel lugar.

A mediados de noviembre llegaron Tullio y Paciente. Tullio viene de Ollières y de Grenay y es bienvenido por la necesidad de un sacerdote. Carlo puede ayudar estando disponible, teniendo una gran parte de las catequesis, atendiendo a los enfermos, poniéndo inyecciones (una ayuda valiosa para las personas). Paciente es un joven de Bérgamo que viene de los “Escolapios”, orden orientada a la educación religiosa de la juventud. Por consejo de Carlo, hizo un año de trabajo manual antes de iniciar el postulantado en la fraternidad. En la actualidad trabaja como obrero en una empresa pequeña de Iglesias que acoge con mucho gusto a los Hermanos. Al final de  noviembre, Giuseppe Florio, italiano del Valle de Aosta, procedente de Grenay, se unió a nosotros consiguiendo trabajo en la mina de Monte Agruxiau como asistente armador, en el interior.

¿Observáis cómo la fraternidad de Bindua, que estuvo a punto de cerrar, ya está abierta “a lo grande”. Carlo parece nuestro padre, y lo es realmente, aportando la alegría y la experiencia de su vida. Es importante esta actitud para los habitantes de Bindua que conocen la fraternidad desde hace siete años y a menudo recurren a ella.  El hecho de ser jóvenes y nuevos parece que siempre crea un cierto distanciamiento aunque todos son muy amables con nosotros y están siempre dispuestos a recibirnos en su casa. En realidad, yo nunca había encontrado un ambiente tan alegre y abierto como en Bindua. Todo depende ahora de nosotros para conectar de lleno y con naturalidad con el pueblo.

        De Paul Collet. Bindua, diciembre de 1965

A principios de octubre de 1965 tuve que pasar tres semanas en el hospital de Iglesias para curarme de la malaria. Después he vuelto a retomar la vida en comunidad con Carlo y Juan. El invierno comienza y como los años pasados vamos a tratar de mantener un pequeño programa de trabajo a través de diversas reuniones destinadas a reunir a personas según categorías y edad. Seguimos transmitiendo el mensaje del Evangelio.

Giovani continúa su trabajo en la mina de Monte Agruxiau. Carlo hace un poco de todo: portero, cocinero, pastor, trabajador social al tiempo que garantiza a sus hermanos... la paz en el optimismo, “todo en su sitio”. Fui enviado para asegurar la regularidad de la vida eucarística pero empecé mal porque pronto caí enfermo. Esperamos hacerlo mejor ahora: con Carlos se vio la oportunidad de realizar un pequeño trabajo en casa para equilibrar la vida y, ya que lo habíamos encontrado, la interrupción a causa de mi enfermedad ha retrasado su puesta en funcionamiento.

El gran acontecimiento de los últimos tiempos fue la ordenación de Gérard. Creo que la ceremonia fue recogida y vivida en la oración, animada por Carlo, que nos ayudó a entender el significado de las diferentes partes de la ordenación y a participar de manera activa con las canciones.

Al día siguiente, día de Todos los Santos, Gérard concelebró la misa con Paul y su párroco. Después del Evangelio nos recordó el sentido de nuestra presencia en Bindua: la presencia de la amistad ofrecida a todos sin distinción, en nombre del Señor Jesús; presencia de la Iglesia, que es una gran familia que nos une a todos en la tierra antes de ser reunidos en la casa del Padre, junto con todos los santos. Por último, para dar al acontecimiento un sentido de celebración festiva, los jóvenes organizaron, con la ayuda de unos hombres de Bindua, dos espectáculos de variedades (teatros, bailes, canciones), uno en la noche del día de la ordenación y otro por la tarde del día de Todos los Santos.

 

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