Hermano Carlo Carretto

directamente vinculado a la casa madre (junio 1960 - noviembre 1962)

Entre Roma (Via Aurelia, 239) y Marsella

        Carta de Carlos a René V.  Roma, 24 de julio de 1960.

Querido Padre,  desde Roma una buena noticia.

El 10 de julio, el día que comenzó el Capítulo, me encontré con S. E. Palazzini, secretario del Concilio, y le hablé de la idea de tener en Roma un “pied-à-terre”[1] en conformidad con las directivas de su última carta. S. E. me contestó que estaba interesado y que al estar cerca del cardenal vicario y de mi, redactara la solicitud, exponiendo toda las necesidades de las que había que solicitar autorización: apertura de la casa, permiso de la Santa Sede, etc ... Esta mañana, S. E. vino a celebrar misa a la cabecera de mi madre enferma y me entregó el permiso ya obtenido. Me comentó algunos detalles interesantes del cardenal vicario respecto al asunto... un tanto preocupado. Era la primera petición después del famoso Sínodo romano. Además, se trata de los hermanitos... hermanos de las benditas hermanitas que escandalizaron a los bienpensantes yendose a vivir a los suburbios y nada menos que para hacer de criadas.

En resumen, se dice en Roma que la prudencia nunca es suficiente, es preciso presentar la solicitud al Santo Padre... así estamos más amparados. El cardenal vicario acude en audiencia con el Papa y presenta la solicitud... éste exclama “los hermanitos los hermanitos, ah los hijos de Carlos de Foucauld ... los que rezan mucho ... muy bueno, así nos enseñarán a orar un poco en Roma, donde la gente ora poco. Bueno... muy bueno, dadles el permiso. ¡Los que oran nunca dan miedo!” Y he aquí la autorización en “modis et formis”[2].... Espero con interés los resultados del Capítulo y rezo ante la tumba de Pedro.

Un fuerte abrazo a todos los hermanitos capitulares. Carlo.

        De Rene V. Roma 5 de noviembre 1960.

Al igual que otros años el motivo de mi estancia en Roma son las meditaciones que pronunciaré durante tres semanas a las novicias profesas  de las Hermanitas. Sin embargo, esta vez fue muy diferente debido a la presencia en Roma de Carlo y a la existencia de una fraternidad “pied-à-terre”. Un amigo de Carlo, de hecho, puso a nuestra total disposición un pequeño apartamento en la planta baja de un edificio situado en Vía Aurelia, cerca de los Padres Blancos, y no lejos de san Pedro y  de las Congregaciones Romanas. ¡Esto cambia el ambiente de nuestra estancia en Roma! El Santo Padre, como Obispo de Roma, ha autorizado la capilla con la presencia del Santísimo, lo que nos permite hacer la exposición. Es inútil decir que, gracias a Carlo y a sus muchos amigos, la fraternidad ha sido rápidamente equipada y excelentemente arreglada la capilla. Nino ha permanecido en la fraternidad hasta su marcha ayudándome mucho en distintos trabajos y traducciones.

        Texto en italiano de la profesión perpetua de Carlo Carretto. Farlete, 15 de septiembre de 1961.

En este día, 15 de septiembre de 1961, en la Fiesta de los Siete Dolores de María.

Por Jesús y el evangelio y a causa del amor de Dios y de mis hermanos los más abandonados.

Yo, hermanito de Carlos de Jesús

Hago a Dios, hasta la muerte los votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia en vuestras manos, Padre, de acuerdo con las Constituciones de los Hermanitos de Jesús y en espíritu de sumisión filial a la Iglesia y al Santo Padre.

¡Oh santo Padre aceptad para la gloria de tu nombre esta ofrenda de mi mismo en unión con el sacrificio de tu Hijo Jesús, en las manos de la Virgen María, nuestra Madre, para que reine entre los hombres, por encima de las divisiones de clase, raza y nacionalidad, la unidad en tu Amor!

Que así sea. Carlo Carretto.

        De Rene V. Roma, octubre de 1961.

Después de todo esto trascurrió mi estancia en Roma durante tres semanas para pronunciar las charlas espirituales a las Hermanitas que se preparan para la profesión perpetua acto que se celebra todos los años por estas fechas. Me encuentro residiendo en la fraternidad sita en la Vía Aurelia con Carlo que había venido a Roma para dos semanas. También  se encontraba allí Nghi de viaje para el Vietnam, vía Jerusalén.

        De René V.  Roma en octubre de 1962.

Por mi parte, estaba solo con Carlo para representar a los hermanitos. Todo el tiempo que me quedaba era ocupado por las visitas de obispos. ¡Cuántos de ellos querían encontrarse conmigo y no he podido atenderlos! Me han pedido en varias ocasiones hablar ante grupos de obispos sobre la problemática del apostolado, del testimonio y de la pobreza, temas que les preocupan. ¡Pero me faltaba tiempo y necesitaba descansar! Cuando abandoné Roma me pregunté en conciencia si no debía regresar y si no es deber nuestro en donde está reunida toda la Iglesia.