Editorial 

Pobreza es libertad

En medio del bosque de papel y documentos ha pasado desapercibido y sin apenas difusión un documento importantísimo de las iglesias cristianas europeas sobre la pobreza publicado el pasado septiembre de 2010 bajo el epígrafe "No negarás justicia a tu pobre"(Ex 23,6). El documento es el resultado de un acuerdo entre las principales entidades cristianas del continente para unirse en la lucha contra la pobreza entre las que destacan Cáritas Europea, la Comisión "Iglesia y Sociedad" de la Conferencia de Iglesias Europeas, el Secretariado de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) y Eurodiaconía (una federación de 33 miembros entre Iglesias, ONG y organismos empeñados en el ámbito social, enraizados en las tradiciones de la Reforma, del Anglicanismo y de la Ortodoxia).

Después de un análisis de la situación desde la perspectiva cristiana pasa el documento a denunciar el consumismo haciendo una llamada "a la simplicidad de vida" reconociendo que son muchos los que intentan vivir de este modo en formas alternativas sostenibles de producción y consumo en respuesta a algunos retos mundiales como las prácticas comerciales injustas y los cambios climáticos.

De hecho, "la pobreza definida como «simplicidad de vida» libremente elegida puede llegar a ser un modo para profundizar no solamente en el desarrollo personal de cada individuo y reforzar las relaciones interpersonales, sino también para transformar la sociedad a través de una potenciación de calidad y de la sostenibilidad de la vida".

Proclaman las iglesias cristianas europeas que "hoy conviene retornar a trabajar simultáneamente por la conversión de los corazones y por el cambio de las estructuras. Si se da prioridad a las estructuras y a la organización técnica respecto a la persona y a las exigencias de su dignidad se manifestaría una antropología materialista, contraria a la construcción de un justo orden social".

Desde el punto de vista de la ética cristiana, los pobres son el criterio en base al cual medir la justicia. Por lo que cada acción social, política y económica debiera ser valorada en base a la medida en que tiene en cuenta, favorece y refuerza a los pobres. La pobreza como negación de la justa distribución y participación es una ofensa a la dignidad humana. Las Iglesia están por tanto obligadas a una "opción preferencial por los pobres" que debe contener tres líneas guía: eliminar la exclusión e implicar a cada persona en la vida de la sociedad; empeñarse en ver las cosas desde el punto de vista de las personas que viven excluidas de la abundancia; y estimular a las personas en situación de bienestar a compartir y establecer una verdadera alianza de solidaridad. Por ello, la caridad, la "diakonía" y la filantropía desde la referencia al amor de Dios hacia el hombre son componentes esenciales del ser de la Iglesia.

El carisma foucaldiano, compartiendo la lucha contra la pobreza aporta si cabe a nuestra reflexión aspectos que le hacen original en cuanto que añade desde la experiencia de Carlos de Foucauld y sus seguidores una lectura fresca del Evangelio ya que necesariamente la opción por los pobres lleva a vivir pobre y a vivir con los pobres sin usar otros medios que no sean aquellos que usan de modo habitual los pobres. El profesor Juan Mateos recogía está intuición en su traducción de las Bienaventuranzas del siguiente modo: Bienaventurados los que eligen ser pobres porque tienen a Dios por rey. Difícilmente se vivirá en pobreza y con los pobres si antes no se ha descubierto la soberanía absoluta de Dios fuente de las mayores riquezas y libertades.

El presente número del BOLETÍN quiere avivar en nosotros el deseo de vivir en pobreza como Jesús. No es fácil en un mundo de abundancia al tiempo que generador de nuevas pobrezas.

Carlos de Foucauld escribía. "Dios mío, no sé si le es posible a algunas almas verte pobre y querer seguir siendo ricos, verse mucho más grandes que su maestro, que su Amado, no querer parecerse a ti en todo en la medida en que dependa de ellas, y sobre todo en tus humillaciones (…) yo no puedo concebir el amor sin una necesidad, una necesidad imperiosa de conformidad, de semejanza (…)1".

La reflexión de hermanita María Josefa Falgueras y los artículos de los PP. Antonio Sicilia, Eutiquio Sanz y Aurelio Sanz, junto a las de las hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, conforman unas páginas de vida que al tiempo que nos interrogan nos invitan a compartir un modo alternativo de vida.

MANUEL POZO OLLER,

Director

______________________________

1 La dernière place, 174-175

 

¿Quiénes somos?   -   Contacte con nosotros   -   Mapa del sitio   -    Aviso legal 

Logotipo de la Familia Carlos de Foucauld