Entrevista a René Mougel, Círculo de Estudios J. y R. Maritain

En 1962 el propio Jacques Maritain fundaba el Círculo de Estudios que lleva su nombre en el pueblo de Kolbsheim, cerca de Estrasburgo, donde está enterrada su mujer Raïssa. Esta entidad conserva cuidadosamente toda la documentación original referente al matrimonio de pensadores católicos y se encarga de difundir su contenido. René Mougel dirige actualmente el Círculo de Estudios Jacques y Raïssa Maritain. Mougel nos explica detalladamente los distintos instrumentos de la entidad que dirige y su visión del matrimonio Maritain.

P./¿Qué tareas y actividades lleva a cabo el Círculo?

R./Con el paso de los años el Círculo ha clasificado todos los archivos que tiene, que son un rico testimonio de la aventura intelectual de los Maritain y de sus innumerables encuentros con personalidades diversas. Hemos reunido y publicado las Obras Completas de Jacques y Raïssa en 16 volúmenes y publicado regularmente correspondencia inédita.

Tanto por su documentación, como por las responsabilidades que Maritain le confió, el Círculo constituye el centro de referencia de todo lo que remite a la obra de los Martain; establece relaciones con otros centros que trabajan en el mismo sentido, y sobre todo con los investigadores que renuevan y profundizan nuestro conocimiento de los Maritain y su obra. Los Cahiers Jacques Maritain, publicados dos veces por el Círculo, aseguran este vínculo y difunden investigaciones y estudios.

P./¿ Nos podría hablar de los futuros objetivos del Círculo de estudios?

R./Entre los objetivos editoriales, la conclusión de la correspondencia entre Maritain y Charles Journet: cerca de 900 cartas, entre 1927 y 1973, por donde pasan más de 50 años de la historia de la Iglesia. Esta correspondencia es en sí misma un monumento del pensamiento cristiano en el siglo XX.

Constituye una contribución importante a la historia y al debate intelectual la voluminosa correspondencia con el gran islamólogo Louis Massignon. Otra relación epistolar significativa es la que mantuvo con el P. Henri de Lubac. Un gran proyecto ocupa las instituciones públicas de Alsacia: una “Casa Maritain”, que abrirá el patrimonio intelectual de los Maritain más allá del círculo inevitablemente restringido de los investigadores.

P./ De todas las obras de Maritain, ¿qué aspectos le llaman más la atención?¿Y el aspecto más original o característico?

R./ Dos cosas me sedujeron inmediatamente desde un buen principio en sus obras: el acuerdo, la no contradicción evidente entre este pensamiento filosófico y el Evangelio; y el valor humano de esta filosofía. En Europa, Jacques Maritain es más conocido como cristiano que como filósofo. Es, bien cierto, uno de los grandes intelectuales cristianos del siglo XX. Ya que se me pregunta por lo más característico de su obra responderé: la filosofía. Es un filósofo, apasionado por la verdad y por la aventura de la razón humana en contacto con la realidad. El bautismo y el descubrimiento de santo Tomás le abrieron los ojos sobre el callejón sin salida del pensamiento moderno en el que él mismo se encontraba; pero lejos de abandonar la filosofía y el pensamiento racional, permaneció más que nunca filósofo: filósofo liberado por el cristianismo, pero esencialmente filósofo. Cuando la encíclica Fides et ratio de Juan Pablo II cita a Jacques Maritain, es para destacar este lugar de la filosofía y el papel ejemplar que Maritain desempeña en ella.

Una frase de Raïssa Maritain expresa muy claramente esta alianza de la verdad racional y de una inspiración más alta: “Tengo un amor místico a la razón natural”. Fundamentalmente, en la filosofía de Maritain, el lugar principal lo ocupa la metafísica. Todos los grandes caminos del pensamiento de Maritain se originan dentro de la metafísica: crítica, filosofía de las ciencias, ética, política y estética.

P./ A 38 años de su muerte, ¿continúan siendo actuales la personalidad y la obra de Maritain?

R./ La actualidad de Maritain y de su obra se puede medir de dos maneras. La primera es constatar el interés que suscita a través de las reediciones de las obras. Sólo hay que echar un vistazo a la bibliografía de los escritos sobre Maritain publicada por el Instituto Internacional Maritain para comprender que a escala internacional pocos pensadores del siglo XX son objeto de tanto trabajo como él. Sus obras, que circulaban a escondidas en tiempos de bloque soviético, son hoy activamente traducidas en Hungría, Polonia, la República Checa, Rusia, Croacia y Rumanía. La American Maritain Association organiza cada año un coloquio en una universidad americana. El Jacques Maritain Center de la universidad americana de Notre Dame (Indiana) ha emprendido la edición en inglés de The Collected Works of Jacques Maritain.

La otra forma de medir la actualidad del pensamiento de Maritain es confrontar la gravedad de las cuestiones de nuestro mundo (especulativas, éticas, políticas...) y la fecundidad de la filosofía de Maritain. Éste es todo un campo virtual que se abre en la actualidad de nuestros debates. No se avanzará eficazmente, bajo mi punto de vista, si no se pasa por las vías fundamentales de un descubrimiento de la metafísica de Maritain.

P./ Jacques y Raïssa supieron conjugar la razón y la espiritualidad en sus vidas. ¿Esta forma de vivir nos podría servir de modelo en la tan secularizada sociedad actual? ¿De qué forma?

R./ Eran unos contemplativos. Su experiencia se expresa en una fórmula de Raïssa: “Poner la contemplación sobre los caminos.” ¿De qué se trata? Su contemplación no es platónica ni quietista. Para ellos la “contemplación” no está reservada a los religiosos ni cerrada en los claustros: para la gente casada como ellos, que viven en medio del mundo y de la aventura de los hombres, se trata de “poner la contemplación sobre los caminos”, como Jesús estaba en los caminos de Palestina. En la vida cotidiana esta contemplación tiene que responder a exigencias particulares, sobre todo aquellas del amor al prójimo. En el prefacio del Diario de Raïssa el P. René Voillaume no dudaba en comparar esta experiencia espiritual tan importante para nuestra época con las de Carlos de Foucauld y Teresa de Lisieux..

Eduard Brufau, Catalunya Cristiana, 25 septiembre 2003

 

“Profundamente conmovido por la noticia de llamada a Dios de Jacques Maritain, que seguirá siendo para todos un filósofo de alto valor, un cristiano de fe ejemplar, y para Nos mismo un amigo especialmente querido desde los tiempos de su misión ante la Santa Sede, dirigimos a la familia religiosa donde ha querido acabar sus días en la contemplación y la plegaria, la expresión de nuestra simpatía entristecida y el consuelo de nuestra bendición apostólica”.

Paulo P. P. VI

 

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